EL ESCARABAJO ROJO
“Había pagado muy alto precio por haber
vivido demasiado tiempo con un solo sueño”.
Francis Scott Fitzgerald
Sangran sus oídos de escuchar el telediario
y la muerte pasa cada mañana
redoblando los tambores bajo la ventana,
triste pasacalle de hambre y guadaña.
Es la sempiterna historia del Gran Mameluco
en flagrante conspiración bien hecha
contra el hombre de este mundo.
La escopeta cargada contra el muerto que espera,
verbo arrancado a jirones del alma.
La incipiente calvicie ideológica avanza
silenciosa hacia la nada,
como si nada pudiera pasar
que remediara la desidia social
o el terrible peso del humo en una balanza.
Pues los rebuznos de amor van saliendo
de los botes de lentejas,
escupitajos en flor
en este baile de viejas.
Y no siente ya temor
al escuchar tras la puerta
silbar al encantador
de mentiras y ruletas.
Ella se ha conformado con poder soñar
que es un pequeño escarabajo rojo
y al alba despertará.
Suso Gago Ares, 15.1.2012
21 enero 2012
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Aunque sólo fuera por el terceto final...duro y bello poema.
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