“Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va”.
Romance del Infante Arnaldos
A Paco Yebra
La vida
Qué paradoja es la vida
al devolver lo que quita
Por los Ismos fui tentado
y al devenir de los años,
heme aquí, listo y prendado
del Romancero espartano.
Y por mucho que buceo
por el Viejo y por el Nuevo,
no encuentro poeta más digno
que el insigne Federico.
Depurar las fuentes y cuidar gentes;
ahogar los burdeles y obrar albergues.
Si debo aprender del miedo
que sea del de no amarte;
y si he de arder en el fuego
sean las brasas tu catre.
Ya no me pidas más clavos,
puedes pedirme claveles.
Si me pidieras más clavos,
y me los pides cantando,
que sean para hacer puentes.
Reír de frente,
limpiar las fuentes
y cuidar gentes;
trancar cuarteles,
hundir burdeles
y obrar albergues.
Jesús Gago
29 abril 2010
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Gracias Suso por tan alto honor...
ResponderEliminarHay que recuperar también las cantigas de amor y las jarchas, pequeñas joyas...
Esta jarcha es especialmente bella....
Se va mi corazón de mí.
Oh, Dios, ¿acaso se me tornará?
¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
Enfermo está. ¿Cuándo sanará?
Y los romances, no sólo los del Ramancero Viejo, tambien los del nuevo. Este de Alberti, melancólico y triste:
Mi corza, buen amigo,
mi corza blanca,
los lobos la mataron
al pie del agua.